Para muchos de los habitantes de la capital Granadina, el barrio de Almanjáyar es el lugar donde están exhibidas todas las fobias de la sociedad: precariedad, delincuencia, psicótropos, enfermedades, infraviviendas; todo es sinónimo de “decadencia humana”. Los miedos están proyectados en este espacio y se dice que sería peligroso aventurarse por aquí.
Muchos de los granadinos y las granadinas nunca han pisado Almanjáyar.Percibido como territorio “comanche” donde se encuentran los gitanos, el barrio centraliza, en el imaginario social, todas las corrupciones posibles en Granada.
La población gitana de Granada (pero es perfectamente extensible al conjunto del territorio español) sigue constituyendo una especie de inmigración interior, considerada exógena a la ciudad, o, al menos, una población mayoritariamente marginalizada, tanto económicamente como socialmente. Aunque la morfosociología del barrio este cambiando (llegada de población migrante) y que se presencie cada vez más diversidad cultural, la situación de exclusión sigue siendo la misma.
Las desigualdades socioeconómicas y educativas se hacen aun más patentes al compararlas con el resto de la ciudad de Granada.
En este contexto, Anaquerando apuesta por convertir en oportunidades las consideradas carencias de la población, evidenciando sus potencialidades y fomentando su participación en el desarrollo del barrio.